Deja el colegio para dedicarse al Guitar Hero
Juegos - - MazcueVale, la industria esta creciendo y ya supera en beneficios a la música y al cine, peroâ?¦ ¿puede, ser un virtuoso de â??Guitar Heroâ??, dar para vivir? Parece que los padres de Blake Peebles, un chico de dieciséis años de Carolina del Norte, piensan que sÃ. Asà que cuando su hijo les dijo que querÃa dejar el colegio para dedicarse a entrenar al â??Guitar Heroâ??, tras dudarlo (no logro entender como llegaron a dudarlo), le dijeron que sÃ, que dejarÃa la escuela para poder concentrarse más y mejor en su â??talentoâ?. Por suerte los señores Peebles le pusieron al chaval un profesor de apoyo, más que nada para que cuando tenga artrosis en los dedos de tanto jugar pueda dedicarse a otra cosa.
Lo curioso de la noticia viene al conocerse que un jugador profesional puede llevarse unos 80.000$ al año en premios. ¿Cuanto dinero habrá ganado ya para que tanto hijo como padres lleguen a esta decisión? Pues la respuesta es 0. Algún accesorio o consola, certificados y sándwiches de pollo.
Analicemos la situación, todos nosotros, alguna vez en la vida hemos pensado que lo que estábamos estudiando era una pérdida de tiempo, algunos con mayor razón que otros. A todos nos gusta jugar y ojalá pudiésemos vivir de ello, pero, a dÃa de hoy, el futuro de una persona que se dedique única y exclusivamente a jugar me parece que está bastante negro.
Recordemos que hay por ahà músicos laureados que en ciertas épocas de su carrera han tenido que trabajar en supermercados para poder llegar a final de mes (las hermanas Llanos lo han comentado en más de una entrevista). Músicos laureados, no un chaval que juega al â??Guitar Heroâ?? y que no ha tenido una guitarra real en sus manos en la vida.
El chico tiene un sueño, todos los tenemos, pero ahà deberÃan de estar unos padres que le pongan los pies en el suelo, que si le gustan los videojuegos, le animen a dedicar sus estudios a esa rama de la tecnólogia, pero que no le den al chico unas falsas esperanzas que probablemente jamás llegarán. Esperemos que por su propio bien el chaval se haga millonario, sino le espera una vida bastante dura.