Wimbledon 2008: ¿A la tercera va la vencida?

como se veía venir, la final del día de mañana en el presente torneo de Wimbledon, volverá a tener como protagonistas a los dos primeros jugadores del mundo.

Roger Federer llega a esta instancia sin haber perdido un solo set, con un record de 65 victorias consecutivas sobre césped, con la posibilidad de conseguir su sexto título consecutivo (igualando así el palmarés que ostenta el sueco Bjorn Borg), pero sobre todo, con una solidez en su juego que lo hace prácticamente imbatible.Rafael Nadal llega a este mismo punto habiendo perdido tan sólo un set en todo el torneo, con la confianza de haber ganado los últimos 23 partidos que ha disputado (incluyendo su primer trofeo sobre hierba en Queens), sabiendo que es su tercera final consecutiva en el All England Club, y para ser sinceros, está jugando también de manera increíble.

Hay muchos que esta vez predicen que el manacor se llevará la corona (incluído Bjorn Borg, que seguramente no quiere ver batido otro de sus records). Lo cierto es que el partido del domingo resultará bastante interesante después de lo que pasó hace poco en la final de Roland Garros, donde el suizo se mostró extremadamente impotente y frustrado ante el despliegue tenístico del español.

Todos sabemos que Federer aún no consigue dominar el juego del zurdo de 22 años, y que éste le ocasiona serios problemas y hace relucir debilidades que uno no ve con otros oponentes.

El año pasado, Nadal se habría llevado Wimbledon si los nervios y la presión no lo hubieran traicionado en aquel momento clave del quinto set, es una final que ha sido considerada como la mejor de todos los tiempos en este torneo londinense. Se le vio más cerca que nunca de lograr la hazaña de romper con la hegemonía suiza, y casi lo logra...

Ahora viene jugando mejor y con más confianza. Pero Federer es Federer, y si tengo que mencionar un factor que será determinante para proclamar al próximo Rey de La Catedral, este será la concentración en los momentos clave, algo en lo que Roger ha demostrado ser el mejor hasta ahora.

Mañana, todo puede pasar. Es la final del Grand Slam más importante del año y está� ¡para no perdérsela!.