Cappuccino, delicioso e ideal para el frío - Receta
Con el frío siempre tenemos el deseo de tomarnos algo calentito y rico, y es por eso que elegimos como mejor sugerencia una de las bebidas calientes mas sabrosas y extendidas en el mundo: el cappucinno. Ya desde sus comienzos en Italia, es una elección hoy en día en muchos países que no solo la consumen en cafeterías, sino también para prepararlos en hogares y en cualquier momento del día.
Vamos a dejarte una forma de preparar cappuccino en casa y de manera simple.
Lo principal en esta bebida es no excederse en la temperatura de la leche, y lograr que ésta se vea de la forma mas espumosa posible.
El toque final se lo darás con una pizca de canela por sobre la espuma.
Queremos aclararte que los resultados de un café de este estilo, el cual no es hecho en maquinas expreso, no tendrán el mismo resultado que si son hechas con ellas ya que éstas logran un espesor ideal en la leche y por ende, en la espuma obtenida.
¡Vamos a la receta!
Ingredientes para hacer un Cappuccino
- Una taza de cerámica
- Un hervidero o jarra metalica
- Café expreso
- Leche entera fresca, si es posible que este bastante fria
- Azucar
- Cacao en polvo o chocolate liquido
- Canela
Preparación para un Cappuccino ideal
En una taza, preferentemente cerámica, preparamos el café expreso con el azucar a gusto.
Aparte, en la jarra metálica y hasta la mitad de ésta, ponemos a calentar leche bien fría para lograr una consistencia espumosa, mientras vamos moviendo la jarra en el fuego de modo que se forme la misma. Si notas que las burbujas en la leche son muy grandes, debes alejarla unos segundos del fuego, esperar a que bajen y proseguir nuevamente hasta lograr la tan ansiada espuma.
La temperatura ideal es aproximadamente 60 grados. Este dato de la temperatura debes tenerlo muy presente ya que es indispensable en la preparación de un buen café cappuccino.
Luego debemos verter (siempre desde el centro) la leche en la taza de café previamente preparado.
Para finalizar, espolvoreamos con cacao y/o canela (o bien podemos utilizar chocolate fundido) a modo de decoración sobre la espuma pero sin excedernos, ya que de lo contrario arruinaría el sabor original del café y la leche.