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¿Qué tipo de piel tienes? Guía de cómo mejorarla

¿Qué tipo de piel tienes? Guía de cómo mejorarla

El llamado biotipo cutáneo es lo primero que debes conocer antes de empezar a realizar cualquier tipo de tratamiento y así comenzar a usar los productos adecuados para mejorar el aspecto de tu piel.

Cuando vas a un centro de estética o a tu cosmetóloga personal, este es el primer trabajo que realizará la profesional antes de colocarte cualquier producto, para si luego proceder a aplicar la técnica que sea necesaria.

Entonces, ante todo, se debe conocer con qué tipo de piel se va a trabajar y que es lo que esta necesita. ¿Cómo se logra? Muy simple, observando detenidamente el rostro del paciente bajo una lupa y buena luz, y realizando además un breve cuestionario que ayudará para el diagnóstico. Incluso es necesario tocar la piel para sentir su textura y grosor.

Pero, ¿Cómo puede saber uno mismo qué tipo de piel se tiene? Y, ¿Cuáles son los productos infaltables a utilizar según cada tipo? Lo detallamos a continuación.

Piel normal

Una piel llamada de tipo “normal“ es la clásica piel con similitudes a la piel de los bebés (increíble, ¿no?). Es claramente el tipo de piel más deseado por todos.

Es un tipo de piel muy poco común en adultos. La piel “normal” se refiere por su estabilidad, y nivel correcto y justo de agua y sebo. Esto es necesario para que la misma sea sana y no se oxide con rapidez. No debería de haber escasez ni sobra de ningún tipo.

Su aspecto es el de una piel que pareciera no necesita cremas pero, en verdad, todas las pieles las necesitan ya que con el tiempo van modificándose. Es una piel lisa, suave y de poros muy poco o casi imperceptibles, lo tan buscado por todos, pues estas características hacen que la piel se vea juvenil, de tono parejo y sin grietas visibles.

Por lo general son pieles de tonos claros, de blanco a rosado suave con un brillo tenue, y nos da esa sensación de piel limpia y relajada. Como mencionamos anteriormente, no es muy común encontrar este tipo de piel en adultos, por eso es que se la compara con la de los bebés. Diríamos, es como “nuevita”. Es una piel hereditaria que en contadas ocasiones tiene erupciones o acné.

Este tipo de piel requiere de un cuidado como todas pero no necesita ser exhaustiva con determinados activos, como secantes o engrasantes, sino del tipo hierbas, vegetales e hidratantes.

Piel grasa

De brillo intenso, poros visibles y muy propensa al acné y las erupciones. También puede verse en ella un tipo de inflamación que va de la mano, muchas veces, del acné y de la cantidad de sebo que desprende, lo cual le hace estar en constante trabajo y lleva a la persona a hacerse limpiezas muy abrasivas que le dan esa sensación de que la calman pero ojo, generan lo contrario. Hay que tener cuidado con eso.

La grasitud natural también es necesaria para mantener tu piel a salvo, protegida de las agresiones externas que nos resultan imperceptibles pero que están, tales como la polución, el calor y demás.

Otra contra de limpiarla continuamente con productos secantes y abrasivos es terminar resecando en demasía la piel. Este tipo de piel a veces no tiene problemas de arrugas pero si le resulta muy molesto a la persona el hecho de que se vea, como dijimos previamente, con brillo y acne.

Recomendamos para estas pieles limpieza, loción y cremas a base de niveladores de cebo, cremas matificantes, caolín, máscaras de azufre, tea tree. Se consiguen máscaras a base de arcillas en tonos oscuros (negras, gris o verde oscuro) que son las más apropiadas para este tipo de piel.

Cremas con ácido salicílico o glicólico (¡IMPORTANTE! nunca uses ácidos de este tipo por tu cuenta, acude siempre a un profesional).

Piel seca

Es una piel que presenta descamación y falta de elasticidad, aparece como resquebrajada con los poros bastante visibles pero donde casi no existen las erupciones como el acné.

Recomendamos para esta piel mucha hidratación con cremas de hialuronico, Q10, y avena. Ten presente que, antes de usar una crema, debes limpiar el rostro y tonificarlo con lociones hidratantes.

Piel mixta

Comúnmente se la conoce como mitad grasa / mitad seca, y en verdad es así en determinadas regiones de la cara. Ante este desnivel se debe tratar ambas cuestiones sin irnos a los excesos, por ejemplo uso excesivo de cremas extremadamente aceitosas, oleosas o astringentes fuertes, o productos secantes.

Es necesario nivelar la falta de agua y el exceso de producción de sebo. Recomendamos para esta piel emulsiones (nada de cremas pesadas ni nutritivas), hidratantes, y limpieza regular.

Piel sensible

Es una piel que se presenta generalmente enrojecida, y que reacciona rápidamente a todo tipo de eventos del medio ambiente como el viento, el frío, el calor, ó ha determinados alimentos, y hasta al roce con algunas telas inclusive. Por lo general tiene aspecto de piel fina y tono claro.

Recomendamos para esta piel productos a base de hierbas sin contenido de alcohol ni perfumes, y mucho menos astringentes. Hidratarla es una buena opción y no realizarse exfoliaciones fuertes y de manera contínua.

Te recordamos que siempre debes acudir a un profesional de la piel para obtener un diagnóstico correcto y ser guiado de forma adecuada sobre cómo realizar tu rutina de limpieza y cuidado diario.

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